Ayer por la tarde pude ver esta genial película de Ernst Lubitsch, y me pareció una auténtica delicia de película. Con un guión hilado perféctamente, con unos toque de humor muy bien llevados y una actuación realmente brillante.
Contar toda la historia de esta película sería ahora muy extenso, pero no descarto hacerlo en un futuro.
Como apuntes comentar, que se comenzó a rodar el 9 de Septiembre de 1939 justo ocho días después del comienzo de la segunda Guerra Mundial.
Pese a las presiones recibidas, Chaplin (Escritor, director y actor de la misma) continuó con el proyecto hasta el final, convirtiéndose el film en una premonitoria historia de lo que ocurriría en el transcurso de la guerra.
Como anécdotas curiosas comentar que, pese a no haber sido estrenada en Alemania hasta 1958, parece ser que Hitler la tenía en su filmoteca particular. En España estuvo censurada entre 1940 y 1975, estrenándose en 1976, una vez Franco había muerto.
El discurso final de la película es el clímax emotivo de la misma, un momento en el que Chaplin pronuncia un discurso cargado de aplastante lógica y humanidad, que aboga por el respeto a todos y en el que invita a la gente a trabajar unida para ser felices. Critica el mecanicismo sin sentimientos del progreso humano, (Algo que ya hiciera en su espléndida "Tiempos Modernos") y critica a aquellos que se han convertido en dictadores aprovechandose del esfuerzo de los ciudadanos, prometiéndoles bienestar y traicionando el espíritu humano. Todo ello lo expone realizando una admirable interpretación en la que es inevitable ver reflejado el tono y ciertos ademanes de los discursos de Hitler. Ahora bien, el mensaje es bien distinto, claro está.
En síntesis, es un discurso atemporal que gana importancia con el paso de los años y, por desgracia, siempre está de inquietante actualidad.
Si no habéis visto aún la película, en la Sexta 3 (Bendito canal de cine) la van a poner en estas semanas, y si la habéis visto, espero que disfrutéis de este momento igual que yo lo hago.
Éste es uno de los momentos más divertidos de la película, pero de entrada no se había pensado que fuera así.
En esta escena Indi debía enfrentarse al enorme árabe, con alfanje o cimitarra acorde con su tamaño, en una lucha en la que debía emplear el látigo para defenderse.
Lo que ocurrió es que Harrison For y la gran mayoría del equipo tenían en aquellos días una cagalera de las que hacen historia, hasta el punto de amenazar el rodaje de la película, debido a la comida egipcia.
Tan mal estaba el pobre de Indi, que Harrison Ford le propuso a Spielberg terminar la lucha con un tiro y volverse a la tienda a descansar y recuperarse.
El caso es que esta fatalidad del rodaje, dio lugar a una de las escenas míticas de la historia del cine.
Como anécdota final, comentar que Steven Spielberg desde aquel rodaje, cuando tiene que realizar una película en países donde el agua no es tan cristalina como en USA, siempre lleva comida enlatada.
Me hace especial ilusión comenzar este blog con una escena de esta película.
La princesa prometida es uno de los mejores cuentos llevados al cine, entretenido, divertido... una de esas películas con las que es imposible aburrirte.
Además contiene una de las mejores escenas de lucha de esgrima del cine.
Este es el fragmento del duelo entre Wesly e Íñigo Montoya (Quizás el personaje más carismático de la película).